Los Derechos humanos no dependen ni del tiempo ni del espacio, son criterios históricos que tratan los valores más profundos del ser humano, de tal modo que no existe una sociedad sino se reconocen estos derechos.
Es obligación del Estado consagrarlos y garantizarlos, que no simplemente sean dictámenes que luego sean pisoteados por gobiernos y grupos privados.
La situación actual de los Derechos Humanos está muy lejos de ser óptima. Prácticamente en todos los países hay violaciones de los Derechos Humanos, lo cual desde la historia sea han venido dando y más notorio en donde se ha atentado con la salud de las personas quizás inocentes y es ahí en donde juega un importante papel los profesionales de la salud porque deben ayudar a estas personas por igual sin discriminación ninguna, obedeciendo a su ética.
En algunos países, afortunadamente se trata de hacer respetar estos derechos, pero así muchas veces surgen conflictos, y la situación es terrible, en algunos lugares aún más como nos dice el autor Antonio Cassese, que él ha tomado situaciones límites para reflejar y dar a conocer la violación de estos derechos, buscando concientizar a las personas, pero al seguir mirando esto no hay que confundir a los derechos humanos como una religión sino que estos buscan es revaluar las condiciones propias del ser humano situándolo en el centro del mundo.
Debemos exigir un respeto integral, porque los derechos humanos son indivisibles, es nuestra obligación como seres humanos sensibles, soñar y luchar incansablemente por construir una nueva sociedad, renovar nuestro compromiso por la defensa de los derechos humanos.